Vistas de página en total

martes, 20 de junio de 2017

Sin rodeos.

Tengamos una cita, allí justo en ese lugar donde somos solo tú y yo, seres limpios de cualquier prejuicio, lejos de los miedos, y las cargas adicionales de historias grises vividas antes de conocernos. Tengamos una cita a la hora que todos duermen, en ese instante donde el silencio es el sonido predominante y solo se escucha el susurro de un te amo. Tengamos una cita, con invitación por adelantado siguiendo el protocolo de mis ganas enormes de tenerte cerca y tus ganas enormes de abrazarme tan fuerte. Ese abrazo que tanto protege y tanta protección pide al mismo tiempo. Tengamos una cita, justo donde los suspiros desembocan en sonrisas y esa mirada que todo lo dice sin decir palabras, mimetizados con el enorme placer de este silencio. Tengamos una cita, en ese lugar donde nos besamos por primera vez, donde tantos nervios quedaron atrás. La sensación de miedo desapareció. Disfrutemos de este momento donde poder vernos a los ojos es tan natural como único. Tengamos una cita con lo que más amo de ti, con estas ganas enormes que tengo de cuidarte. Tengamos una cita en donde soltar la parte gris del pasado que no nos gusta, para que podamos ser libres de seguir adelante sin carga adicional, contar desde el primer momento que cruzamos miradas. Tengamos una cita en donde surja lo mejor de ti, y lo mejor de mí. Tengamos una cita, para caminar de la mano por esas calles del pasado y ver como sólo funcionamos juntos. Tengamos una cita para disfrutar cada paso, cada segundo, como un domingo de enero bajo el sol de invierno. Tengamos una cita para decirnos esas frases que tanto precisamos oír en persona, mirándonos a los ojos, antes de dormir, abrazados. Tengamos una cita, el día menos pensado sin invitación, rompamos la rutina, remontémonos en esa canción, caminemos solo para hacernos compañía, sin importar el entorno o la estación. Tengamos una cita, de esas que se pierden con el tiempo. Tengamos una cita, como lo hacemos siempre a corazón abierto, siendo solo nosotros sin importar el resto. Tengamos una cita, para contarnos siempre que sentimos, que soñamos, hasta que ardan las velas o nos de el cuerpo. Tengamos una cita, sin más rodeos.

jueves, 15 de junio de 2017

Queridas estrellas, gracias por cumplir mi deseo.

Nos pasamos la vida en busca de ese estado de ánimo llamado "felicidad", sentirlo. Lo buscamos con total desesperación, sin descanso. Llegado un momento se convierte en una obsesión y nuestra única prioridad. Muchos consideran que está en todo lo que queremos con un precio, que obteniéndolo serán felices, pero siempre quieren más. Otras piensan que sólo la obtenemos teniendo a una persona a nuestro lado, simplemente el hecho de decir que está ahí y que es de su única posesión. Mientras tanto, en una pequeña parte, estamos los que somos felices con pequeñas cosas como un "¿que tal?", un beso en la frente, un abrazo o una sonrisa sincera. Si, hablo de los que nos enamoramos de ser felices. ¿Y eso no somos todos? No. A pocos nos basta con recibir pequeñas muestras de atención y afecto, una simple muestra de felicidad de otra persona gracias a nosotros o un simple momento de silencio con quien no es incómodo. Y a mi, la felicidad, me la regalas tú. Cada día con un simple "buenos días" o un "¿que tal el día?", con esos abrazos cada 20 segundos, esos "te quiero" al oído, las sonrisas antes y después de un beso, cada momento los dos solos, por la locura y la "locura",.. Pero, sobre todo, me regalas felicidad cada vez que me despierto y sé que sigues estando a mi lado y que me das la confianza que nunca antes había sentido. Por eso, por millones de cosas más, por lo que queda por venir y por seguir siendo el Expecto de mi Patronum.. Se queda corto, pero millones de gracias. Te amo como nunca antes a nadie. Feliz cumpleaños mi Sol (y los que nos quedan).

martes, 6 de junio de 2017

Si no puedo hablar de ti, no podré volver a hablar de amor.

He pensado 92652183 de veces que pasaría si dejaran de existir los días contigo. Y siempre que me lo imagino, término destrozada. Me he acostumbrado tanto a sentirme bien, a que me hagas sentir increíble. Casi año y medio. Casi año y medio de sonrisas. Si hay algo que nunca dejas de hacer, es hacerme sonreír, reír. ¿Cómo puedes renunciar a algo así? Una vez que encuentras a alguien que puede hacerte reír aunque estés enfadada, aunque no quieras otra cosa que llorar, no quieres rendirte ante nada. He sentido mil dudas de si realmente podría ser real, a día de hoy me lo sigo preguntando.. ¿Realmente alguien puede quererme así? Espero que si, que no sea un simple producto de mi imaginación y que un día me de cuenta de que nada es real. Hasta entonces, disfrutaré de ello, mentira o realidad.