"Muchas veces me siento como una diosa todopoderosa omnipotente superior absoluta a la cual rendir pleitesía y vasallaje como un demiurgo amenazante y provocador. Pero luego me caigo y me doy cuenta de que mi cuerpo se rompe, sangra, sufre, se desgarra en una vorágine autofagista. Y que solo soy una humana más. Pero es que es tan fácil sentirse un dios cuando vives rodeado de ídolos que te atrapan en su estela de sacrificios.. Quiero renunciar a mi humanidad endeble y manipulable expulsada de un entorno que ya no le puede ofrecer nada más. Dejar de aliarme en manadas que exudan soledad huidizas, débiles e inseguras. Y ser libre de todo eso."