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jueves, 20 de octubre de 2016

''El sexo es algo más profundo que unos cuantos centímetros. Que un tema de entradas y salidas. Es una cuestión mental; espiritual si lo prefieres. Un baile íntimo. Haz que tu mente lo pierda y tu cuerpo caerá. Simple.''

A la penetración física la llamamos sexo, lo cual es una cosa muy superficial. A la penetración mental la llamamos amor, la cual es algo, de lejos, mucho más profunda, mucho más significante, más importante, más hermosa, más natural. La primera es animal, la segunda es humana. Y luego hay un tercer tipo: cuando dos conciencias se encuentran, emergen, Se funden y fusionan en una. ¿Cómo llamar a ésta? No importa. No hace falta ponerle nombre a todo. Sin embargo probablemente nunca hayas oído hablar de ella. Incluso la primera es una rareza. Se trata de una liberación, un baile, un estado estático de energía que fluye. Y recorre todo el cuerpo; no es sexo es físico. Cada célula y cada fibra de tu cuerpo palpita con fuerza antes de relajarse completamente. Pero si muchas personas no conocen ni lo que es un orgasmo ¿cómo hablar de esto? No importa. No hace falta que digas nada. Recuerda, dos cuerpos simplemente pueden tocarse; no pueden superponerse, son solo materia. Músculos, huesos, tendones y tejidos. Si hay una piedra en un sitio no puedes colocar otra cosa en el mismo lugar; el espacio está ocupado. Y cuando dos cuerpos se encuentran es como un choque entre dos piedras, entre dos mentes, dos psiques. Es como mezclar agua y aceite, sigue existiendo una división sutil. Pero cuando permites a una persona acercarse tanto que las mentes se solapan, entonces y solo entonces, podrás ser uno..

viernes, 14 de octubre de 2016

Magic.

Es duro ver como todas esa gente tienen a pocos metros de ellos a esa persona a la que le tanto quieren, ver como muchos no dan ese aprecio aun dándoles todo. Me duele saber que, cuando quieran, puedan coger y salir de casa un día cualquiera y verse en pocos minutos, que no aprecien eso. Es duro verlo, conocerlo, y saber que yo no tengo esa suerte. Que para poder estar unas míseras horas con él tenga que recorrer kilómetros, tragarme horas de buses y unas cuantas caminatas. Que para poder pasar una tarde de cine tenga que hacer números para que coincidan todos los horarios. Que tenga que calcular las horas para poder estar lista, tener que correr para llegar a tiempo a un autobús para que no me reste tiempo. Pero la parte buena de todo esto es que en vez de estar horas, me permitan disfrutar días enteros abrazándolo, disfrutar al máximo cada segundo porque sé que tengo un tiempo limitado, que pasarán días después del último beso hasta volver a ver esa sonrisa delante de mis ojos. Me encantaría que todas esas personas que no tienen que vivir todo esto disfrutaran igualmente de cada mínimo segundo, que aprecien cada detalle como lo hacemos los que no podemos saborear esa suerte cada día. Nunca sabéis cual será el último te quiero, ni el último abrazo o la ultima sonrisa. Hasta que te falta, no sabes cuan grande es el vacío que se te queda, ni lo realmente feliz que te hace. Pero por muy pequeña que sea la distancia, ojalá la magia jamás desaparezca.

miércoles, 5 de octubre de 2016

"La gente dice: Hay muchos peces en el mar; yo digo: Que os jodan, ella era mi mar." - J. Faulkner.

Nos pasamos la vida viviendo del pasando y hablando de futuros, olvidando completamente el vivir en el presente. Comparamos lo nuevo con lo pasado, dejando de vivirlo. Pero, si me paro a pensar en la idea de como seria mi día a día si me faltaran algunas cosas, si me faltara él. Desde fuera sé que se ve estúpido, pero cuando después de mucho tiempo vuelves a sentir, lo único que temes es no volver a hacerlo. Pienso en como sería un día en el que me despertara sin la ilusión de que es un día menos para verte o peor aún, sin poder volver a despertarme a tu lado. Sin poder volver a escuchar el sonido de tu risa, o la forma de tu sonrisa. Sin volver a cruzar tu mirada, sin que vuelvas a guiñarme un ojo o sin enfadarme porque levantes la ceja. Sin volver a abrazarte y sentir como me abrazas; en la cama, en el sofá, en la calle o sin más. Sin volver a agarrarte las manos. Sin poder volver a ver una película contigo, sin volver al cine juntos. O sin volver a besarte, en cualquier parte. Pero si hay algo que echaría de menos seria oírte decir "te quiero", has sido el único valiente que se ha atrevido y eso no se olvida. Sinceramente, jamás podría olvidarme de todo eso. Tampoco me atrevería a averiguar si podría vivir sin todo ello, algo me dice que no sería capaz. Pero de algo de lo que estoy segura es de que, en 9 meses, se ha convertido en mis días soleados y no podría volver a imaginarme una vida de completa tormenta.