Desperté extrañándote y todo comienza a girar entorno a este único
sentimiento que se agrava.
Cuento el tiempo desde la última vez que te vi, desde que vi tu sonrisa,
desde que sentí el aroma de tu perfume, la calidez de tus abrazos, la
dulzura de tus besos, hasta que vuelvo a verte. Había perdido toda la confianza en la soledad de una casa, en mi misma. Conocí el miedo a la soledad e incluso comencé a sentirme sola rodeada de gente. Pero tú me creas la confianza que yo no puedo generar y haces que no necesite absolutamente nada más. Me crea un vacío interior saber que no voy a abrazarte esa noche. Sé que nos enseñan que cualquiera no debe depender de nadie para ser feliz, menos aún de un hombre. No dependo de ti, pero si me he hecho jodidamente adicta a tu alma.
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