Ciento cincuenta horas de prácticas nos esperaban a los 21 para ser monitores. Ciento cincuenta horas nos separaban del título y entre nosotros. Aquello había llegado al fin del curso y cada uno debería terminar su parte. Pero algo iba a unirnos de nuevo, un proyecto que volvería a unirnos a todos, o casi.
Tres de nosotros tuvieron una idea, una gran idea. Sacar de las sombras a los artistas, darles una oportunidad de enseñar lo que hacen y llegar a los corazones de quién contempla su arte. Querían innovar, cambiar, sorprender; dar vida a O Grove. Pacucho, Arancha y Adriana sacaron provecho al proyecto final de José Carlos.
Un poco de insistencia, movimiento y entusiasmo nos dieron la esperanza de poder salir adelante. Y, finalmente, lo conseguimos.
Diecinueve de nosotros aceptamos y aquel buen Martes 8 de Abril nos encontrábamos en el número 38 de la Calle Castelao, más conocida como Calle Catorce, en el anteriormente Banco Popular. Miles de ideas pasaban por nuestra cabeza a medida que avanzábamos la reforma del local. Y así, en una semana, fue creada "La Casa De Las Ideas".
El Miércoles 16 a las siete de la tarde fue abierta por primera vez cara al público y, a pesar del Barça-Madrid, el éxito fue mayor de lo esperado. La voz se corrió y cada día la calle se llenaba de más y más gente. Más de 30 artistas pasaron en seis días por nuestras salas haciendo disfrutar y sonreír con simples gestos. Decenas de niños y niñas cada día acudieron inocentes a por un globo, una pulsera y un nuevo dibujo en la cara.
En sesenta horas hemos conseguido dos objetivos: hacer horas de prácticas y concienciar a cientos de personas que el arte es bello y forma parte de todos cada día y en todas partes.
La verdad es que, en este caso, dar gracias es poco. Gracias a este proyecto hemos ayudado a gente a salir de su caparazón, a otros a conocerse más y a otros sencillamente a disfrutar. Yo misma he participado como artista a parte de monitora, he enseñado a un público diferente una parte de mi que pocas conocen y, sinceramente, es algo gratificante llegar al corazón de alguien con unas palabras.
A pesar de ser poco, agradecer a Xuventude y Troquel por ayudarnos, a Protección Civil por su voluntariado, a la Óptica Val por la carpa que nos resguardó de la lluvia y el bochorno, a la joyería Romay por los tres relojes sorteados, a El Moderno por darnos de cenar cada noche, a Pepita por supuesto por el local y su gran consideración y arte de sus cuadros, a Laura e Ismael por sus bailes, a Matías por sus kariokas y su teatro junto a Laura y Marta, a Mario Pirillo con sus caricaturas y el regalazo que me hizo, a mi amiga Sara por sus retratos y su entusiasmo en este proyecto, a Martín Outeiro por
sus increíbles fotografías, a Javi Solla por animar a todos en el cierre y a nuestra Marga por ayudarlo y animar a bailar a todos, a Fla-Meco, a Manu TF por sus artículos de Cultura De Seu, a Carlos Besada por sus cuadros, a Isabel Barria por compartir su talento con nosotros, a Tamara Caneda por la creación de sus zapatillas en directo, a Rabitts&Car e Nocra con Nico por su música y sus instrumentos creados por el mismo, a Lucía Lourido por el baile en el escaparate, a Bambú por sus muebles para el escaparate, a La Cosecha por la cesta de fruta para Pepita, a Faísca Do Cordal por su concierto mañanero, A Electrón por la televisión donde cada día pusimos nuestras fotos, a Jenny Martinez por su exposición de cosas hechas a mano, a Ferrodomi por todo el material empleado en la reforma, a María y Andrea por su concierto acústico, a los artistas que me puedan faltar por mencionar.
Y, por supuesto, agradecer a cada uno de mis compañeros monitores estas dos semanas de trabajo en equipo. A pesar de los roces y el estrés acumulado, los momentos de risas y diversión superan a todo lo demás. Gracias por hacerme la vida un poco más "vida", llevo a cada uno de vosotros conmigo. Os quiero.
A la Marmota, la Feliz, el Pájaro, el Iguana, la Dromedario, la Sol, el Foca, el Jirafa, la Amapola, la Rosa, el Mono, el Carballo, la Nube, la Tortuga, el Tiburón, el Salao y la Araña.
"La Casa De Las Ideas sigue viva" - Pacucho Álvarez.
jueves, 24 de abril de 2014
martes, 1 de abril de 2014
Vida, amistad y traición.
Poco sé sobre la vida, tan sólo he experimentado 19 años de ella. Poco me ha enseñado mi madre de ella, la mayoría lo han percibido mis ojos. Cuando tenemos un primer contacto con el exterior podemos ver que hace frío, o calor; conocemos nuevos colores, olores, sonidos; tropezamos con personas nuevas, un primer contacto. A medida que nuestro cuerpo y nuestro conocimiento crecen, paralelamente el mundo avanza, cambia. Cambiamos, cambian las personas, el ambiente,.. Maduramos con el tiempo. El mismo tiempo nis enseña, nos enseña a apreciar, a despreciar. Llegada la mitad de mi existencia pude ver el cambio de mis amigos, mi propio cambio. Veo ahora lo diferente que es todo, los amigos de la infancia.. No son lo que eran. La compañera de clase que parecía la más tranquila ahora es la más rebelde y, por el contrario, el compañero más revoltoso es ahora el más pacífico. La vida da mil vueltas hasta que te mareas, te cansas y cambias. Mi madre siempre me dijo que un amigo que te ayuda cuando más lo necesitas, que te apoya, que te aconseja por el buen camino y que llegaría a darlo todo por ti, considérate la persona más afortunada del mundo, has encontrado algo mucho más valioso que todas las riquezas del mundo juntas. La gran lástima es que, si lo encuentras, posiblemente no vuelvas a encontrar a nadie más así y posiblemente ni sepas cuidarlo.
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