Poco sé sobre la vida, tan sólo he experimentado 19 años de ella. Poco me ha enseñado mi madre de ella, la mayoría lo han percibido mis ojos. Cuando tenemos un primer contacto con el exterior podemos ver que hace frío, o calor; conocemos nuevos colores, olores, sonidos; tropezamos con personas nuevas, un primer contacto. A medida que nuestro cuerpo y nuestro conocimiento crecen, paralelamente el mundo avanza, cambia. Cambiamos, cambian las personas, el ambiente,.. Maduramos con el tiempo. El mismo tiempo nis enseña, nos enseña a apreciar, a despreciar. Llegada la mitad de mi existencia pude ver el cambio de mis amigos, mi propio cambio. Veo ahora lo diferente que es todo, los amigos de la infancia.. No son lo que eran. La compañera de clase que parecía la más tranquila ahora es la más rebelde y, por el contrario, el compañero más revoltoso es ahora el más pacífico. La vida da mil vueltas hasta que te mareas, te cansas y cambias. Mi madre siempre me dijo que un amigo que te ayuda cuando más lo necesitas, que te apoya, que te aconseja por el buen camino y que llegaría a darlo todo por ti, considérate la persona más afortunada del mundo, has encontrado algo mucho más valioso que todas las riquezas del mundo juntas. La gran lástima es que, si lo encuentras, posiblemente no vuelvas a encontrar a nadie más así y posiblemente ni sepas cuidarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario