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domingo, 25 de mayo de 2014

Filosofía de vida.


Infinitas veces a lo largo de los 365 días de cada año sonreímos. Gracias a esas personas que completan nuestro día a día, a las acciones que nos satisfacen emocionalmente, al progreso, a las cosas divertidas y como devolución de otra sonrisa. Pero también lloramos. Lloramos a causa del inconformismo con uno mismo, de las decepciones, de los golpes, de lágrimas ajenas y de dolor. No todo es rosa en la vida, pero tampoco negro. También es cierto que a que vengo yo, una chica de 19 años que casi no ha vivido, a dar lecciones de vida. Mentira o verdad, a mis 19 años he vivido suficiente como para saber de que va el mundo. Nada es perfecto y nada es imposible. Nada es nada. Somos uno más en miles de millones. Cada cosa que nos sucede es causa de un efecto, como decía Aristóteles. Creo en el destino y en el Karma, y no por ello soy una ilusa. Sé que cada cosa que hago mal, tarde o temprano me da una patada en todo el culo. Sé que hacer algo bueno, tarde o temprano, hará que cobre mi recompensa y esa será plenamente satisfactoria.

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