Cruzar la mirada por primera vez y saber que algo acaba de ocurrir. Esa mirada que hace que te des cuenta de que todo lo que antes creía haber sido amor era algo mediocre. Nunca nadie te había hecho temblar de tal forma con su simple saludo. Jamás deseaste una respiración tanto como esa. Necesitar que te envuelva en sus brazos y sentirlo entre los tuyos. Sonreír mientras os besais. Estar al acecho para escuchar la próxima carcajada. Esas ganas inmensa de sentir electricidad en todo tu cuerpo. Notar como deja de existir el mundo a tu alrededor. Que el tiempo corra tan deprisa que ni lo notas. No querer dormir para no perderte ni un segundo de ese nuevo universo. Dejar que fluyan las ganas. Sentir como se eriza la piel con el paso de los dedos, la nariz, la boca. Ser todo. Es algo que solo se siente una vez en la vida, algunos tienen la suerte de vivirlo, otros nunca lo saben.
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