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jueves, 10 de marzo de 2016

Hoy es siempre.

"La ciudad dormía, sin saber lo que nosotros tramábamos. La ciudad dormía o quizá ya había despertado. Me habías hecho perder la realidad tantas veces aquella noche que ni siquiera sabía ya si era de día o de noche. Tú me abrazabas por la espalda y me susurrabas que nunca habías estado tan cerca de rozar la felicidad absoluta. Y yo.. Yo me perdía en la infinidad de tus pestañas. Tú me hablabas y me decías que los susurros son más dulces si están envenenados con mis suspiros y yo te imaginaba preparándome el desayuno, destrozando la cocina y terminando en esta cama. Esta cama que era consciente, quizá más que cualquiera de nosotros, que seguramente ésta no sería la última noche. Y los relojes marcaban la hora de irme, una hora que nunca es la hora perfecta. Tú seguías hablando mientras yo te miraba a los ojos y te decía en mi cabeza un 'no quiero irme, te necesito' pero tú no eras capaz de leer mentes y la belleza de un segundo se deslizaba entre tus dedos mientras empapaban las palabras que yo te chillaba en silencio. Te levantaste de la cama, me diste un beso y me susurraste al oído 'mía'. Yo seguía chillando sin pronunciar palabra. Salí por la puerta y como si fuese lo último que iba a pronunciar en mi vida no pude evitar decir 'hoy es siempre y tú lo sabes'."

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