Vistas de página en total

martes, 27 de septiembre de 2016

''Busca a una chica que lea y cásate con ella.''

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca. Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas. Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos. Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella. Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.Por lo menos tiene que intentarlo. Miéntele. Si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo. Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos. ¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo. Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son. Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype. Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos 'The Cat in the Hat' y 'Aslan', e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas. Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee. O mejor aún, a una que escriba.




Rosemarie Urquico.





Y es que una chica que escriba es capaz de inventar un cielo y llenarlo de nubes estampadas de lluvia dorada si con eso te hace feliz. De repente podrá ser un heroína y tendrá recursos para hacerlo, o una villana, princesa o puta. Lo que necesites según el momento que quieras vivir. Si la encuentras, nunca la dejes ir.

miércoles, 21 de septiembre de 2016

51.9 km.

¿Será normal que al segundo de despedirme de él lo único que quiera es dar vuelta y no soltarlo jamás? Posiblemente suene posesivo, obsesivo o cualquier adjetivo terminado en "-ivo". Realmente no tengo ni idea, lo único que sé es que me pasa. Estemos a 51.9 kilómetros, a 500 metros, a 10 centímetros o a 1 milímetro, sea cual sea la distancia mi cabeza no lo olvida, siempre está dando vueltas por ella. En ningún momento dejo de echarlo de menos, incluso mientras duermo a su lado. Ese momento en el que, entre mini sueños, estoy al acecho para sentirlo despertar, que me abrace y oír su voz para darme los "buenos días". Creo que después de verlo sonreír, dormir abrazada a él es lo más maravilloso que me dio la vida. Seré una acosadora de la mayor alegría de mi vida, pero cuando algo te hace feliz no quieres tener que extrañar los momentos. Y ser así es parte de estar jodidamente loca por alguien.

sábado, 17 de septiembre de 2016

Atrévete.

Me gustan lo espontáneo. Las palabras, las acciones, hacen que me sienta en un continuo estado de asombro. Lo divertido es no saber que puede pasar, aunque también pueda asustar. Pero la vida no es vida si no contiene emoción. A veces, no siempre, hay que hacer las cosas sin pensar y lanzarse al vacío, hacerlas sin más. Decidir a cara o cruz no es una opción, simplemente si te planteas.. Hazlo. Arrepentirse de no decir o hacer algo pesa mucho en la conciencia. Las mejores decisiones se toman sin analizar. Ser espontáneo te lleva a conocer, a apostar por algo en lo que no creías, a disfrutar de ello, a vivir algo nuevo, a llevar en la cara una enorme sonrisa que no puedes controlar, a querer repetir, a no aburrirte nunca porque no sabes que pasará, a luchar por no perder, a hacer lo que haga falta sin miedo a la derrota, a descubrir lo que realmente quieres. A veces te equivocas, no por ello pierdes, sin duda has ganado una nueva experiencia. Pero si aciertas.. Te podrás llevar algo maravilloso. Y en el amor, hay que ser espontáneo, así conoces al amor de tu vida.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Ninguna causa es perdida si hay un insensato que quiera luchar por ella.

Él es ese chico con el que llevo soñando desde que empecé a pensar en como seria mi "chico ideal". Él que parece sacado de mi mente. Dicen que hay alguien en el mundo para cada uno de nosotros, alguien con quien compartir la vida entera..

Él es ese que me cautivo desde el primer momento en el que lo tuve ante mis ojos. Él que la primera frase que me dijo fue "como una chica como tú pudo fijarse en un chico cómo yo", la cual a lo mejor no era a la primera chica a la que se la dedicó pero, joder, me sorprendió. Es el chico que hizo que pasara de ser nadie a ser alguien en el mundo. Él es el que con unos "buenos días luz de mi vida" consigue hacerme despertar con una sonrisa, lo cual normalmente me haría soltar una mueca, pero no es el caso. Él que cuando sonríe de verdad lo hace con cada músculo de la cara y con esa mirada de felicidad absoluta, y joder no hay nada más bonito que verlo sonreir, NADA. Es ese chico que me acaricia la cara y me besa, que sin más me da un beso dulce en el cuello de esos que te erizan la piel, o que me agarra la mano y se agacha para besarla. Él es el que me coge de la mano por la calle, en el cine, durmiendo. Es ese que se adelanta para abrirme la puerta, él que baja un escalón para tener mi cara en frente a la suya y que aprovecha cualquier momento para abrazarme. Él es el que, sin pedirlo, me hace un masaje y me pregunta como me encuentro si sabe que algo falla, y vaya si lo sabe. Es el que me recuerda en cualquier momento que me quiere, porque no le asusta hacerlo en voz alta. Él que me dice una y otra y otra y otra y otra vez que soy preciosa, aunque siga sin creerlo. Si hay algo que adoro de él es lo increíblemente paciente que es conmigo, a pesar de lo excesivamente complicada que puedo llegar a ser. Es él que espera a que llegue a casa para irse a dormir y es él que no se va tranquilo sin darme las buenas noches. Él es quien convierte algo tan simple como compartir palomitas de colores o una noche de fin de año en casa en algo extraordinario. Porque es capaz de convencerme de que los 51.9 km que nos separan no son nada cuando la magia es real. No me llegaría la vida eterna para darle las gracias por tanto en tan poco tiempo. Por eso, por hacerme sentir bonita (aunque sea una milésimas de segundo), por brillar más que el Sol, por todo, es lo más jodidamente increíble de mi vida. 




P.D.: Nunca está demás decirle a alguien todo lo que te gusta de su persona con un texto bonito. Hacedlo.