Me había dado por vencida, renegaba de encontrar una compañía para esos días grises, y no tan grises. Pensé en que no era ni el lugar ni el momento para ello, que ya había agotado todas las papeletas. Me mentalicé de que no tenía todavía madurez, algún tipo de mentalidad diferente. Pero sin planteármelo apareció y me di cuenta de que estaba completamente equivocada, de que nada de lo que me rondaba por la cabeza era la realidad. Resultó que, en temas del amor, ocurre como en la lotería y llega cuando menos crees que va a tocar. Te formas en la cabeza miles de ideas de lo que sería esa persona ideal, pero cuando aparece, supera tus expectativas. ¿Y sabes es de que cuando aparece se te para el mundo? Se para.. Y empiezas a darte cuenta de por qué nunca antes te había pasado.
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