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martes, 29 de noviembre de 2016

Marín.

En cuanto pongo un pie en ese autobús que me lleva a mi idea de "El Paraíso", me siento como si volviera a casa el fin de semana después de toda una semana fuera estudiando. No, no vuelvo a ese pueblo, a esa casa donde tengo mi ropa, mis dibujos, mis libros, mis cosas,.. Vuelvo a ese lugar donde soy feliz incluso caminando sola por sus calles, ese lugar que se ha convertido en el favorito de los favoritos aunque la mayoría me tomen por loca. Ese pueblo tan semejante al mio, a la vez tan diferente.. Si, porque es ese pueblo que está al lado de mi ciudad gallega preferida, que es como si estuviese en ese pueblo en el que me crié pero sin serlo, sin esa gente, con otra que apenas me conoce, donde vive mi felicidad. Y no hay otro lugar en el que quiera estar más que allí, porque es como esa familia que siempre quise y que, de alguna manera lo es. Pero sin duda, la mejor parte, es llegar y que él sea mi primer "hola" y mi primer abrazo desde que bajo del autobus. Porque sinceramente, cualquier lugar es mi hogar mientras él sea quien me abra la puerta.

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